¿Es la agenda 2030 la nueva religión woke?
Hace poco al arzobispo de bilbao Joseba Segura le han tenido que leer la cartilla por su tendencia a decir la verdad. Usar ese anacronismo, la verdad, solo se le ocurriría a algún loco o un valiente con poco que perder, sobre todo al apostillar que nuestro cuerpo no es inseparable o indivisible de nuestra mente por mucho que la ensoñación «wokista», es decir, la ensoñación del despertar a la que la comunidad global de lobbis empuja a la sociedad actual como si de un cazador furibundo que arrincona a su indefensa presa se tratara.
¿Hasta qué punto la Agenda 2030 y las ideologías que acompañan están afectando a la sociedad, provocando enfrentamientos entre padres y colegios, o entre ambos sexos e ideologías, entre clínicas que operan al instante a menores para cambiar su sexo y gente en activo o en edad de hacerlo que tienen que esperar años para conseguir un tratamiento y operación importante?
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